Evolución de la técnica
Durante el siglo XVII,
prácticamente no hay datos de cómo se desarrolló la técnica del violonchelo,
sólo se sabe la posición en la que se tocaba por la iconografía de la época,
con el violonchelo apoyado en el suelo, y separado del instrumentista. Hay
bastantes muestras pictóricas de la época en la que lo muestran, pero no hay
ningún documento escrito.
En el siglo XVIII ya hay
evidencias del cambio de posición con respecto al violonchelo, que pasa de
estar apoyado en el suelo, a ser sujetado entre las rodillas, como lo hacían
los violistas de gamba. Esto permitió situar la mano izquierda sobre el mástil
de una manera mucho más natural, y llegar mucho más fácilmente a todas las
cuerdas. Además, al elevarse el violonchelo, fue mucho más fácil la utilización
del arco, que de esta manera podía usarse en su totalidad.
Sí que se habla de la Escuela
Clásica italiana de Boccherini, con un sistema técnico básico que adoptó en sus
obras para violonchelo.
Luigi Boccherini.
En 1789 aparece un manual del chelista inglés
John Gunn, titulado The Theory and Practice of Fingering the Violoncello. En
él, se muestra un primer resumen de la
historia y las técnicas del violonchelo. Además, da consejos del tipo de que
para poder dar agilidad a los dedos, no había que sujetar el mástil con la mano
izquierda, así que todo el violonchelo debía de sujetarse con las piernas.
Además, la digitación de los fragmentos de su método corresponde a una
digitación moderna, y ya introduce fragmentos complejos y en posiciones muy
altas del violonchelo.
Jean Louis Duport, violonchelista
francés del siglo XVIII, fue el autor de uno de los primeros métodos para
violonchelo que se conocen. Titulado Essai sur le doigter du violoncelle et la
conduite de l'archet, dedie aux professeurs de violoncelle, contenía
innovaciones de la técnica del violonchelo bastante importantes. Una de las
aportaciones más interesantes de su obra, fue el asentamiento de la técnica de
digitación y técnicas digitales. Además habla de extensiones, de dobles
cuerdas, de intervalos, está totalmente digitada y es posiblemente el que pone
las bases de la técnica violonchelística del siglo XIX.
Otros violonchelistas de este
siglo, como Dotzauer o Kummer también abogan por abandonar definitivamente las
posiciones del violín, y adoptar la digitación moderna.
Siglo XX Durante todo el siglo XX, los
violonchelistas han conseguido aumentar el registro del instrumento, llegando a
competir en brillantez con el violín. Para conseguir mejores sonidos, algunos
violonchelistas empiezan a utilizar picas más largas, o picas dobladas, como
hacen Paul Tortelier o Mstislav Rostropóvich, para conseguir mejor sonoridad al
elevarse el instrumento, que hace que con la mano derecha, con el arco, esté en
una posición más natural, y que la izquierda, pueda bajar a lo largo del
diapasón para conseguir notas más agudas con mejor proyección. En este siglo,
la técnica de la izquierda se ha depurado hasta el punto de poder interpretar
piezas tan virtuosísticas como lo podría hacer un violín. La utilización de las
cuerdas metálicas, también influyó mucho en el tipo de conciertos que se iban a
dar, y en las técnicas utilizadas para conseguir sonidos cada vez más brillantes.
Es en este siglo cuando
finalmente se considera a la técnica como la base fundamental para la
interpretación, no sólo del violonchelo sino en general de todos los
instrumentos, y forma parte esencial del estudio del instrumento, y su
enseñanza se empieza a estandarizar en todos los conservatorios del mundo.
Pau Casals no solo fue uno de los
grandes violonchelistas de la historia, sino que consiguió equiparar al violín
y al violonchelo como instrumentos solistas. Gracias a su labor técnica, las
posibilidades del violonchelo se aumentaron considerablemente. Él destacó sobre
todo la importancia de los matices en la musicalidad global de la obra. Su
redescubrimiento de las 6 suites para violonchelo solo de Bach, y la
reinterpretación que hizo de ellas, sentó las bases para una nueva generación
de violonchelistas.
Eisenberg, discípulo de Casals,
fue otro de los últimos grandes teóricos del violonchelo. Su gran contribución
fueron sus conceptos sobre la anticipación en la interpretación, como en el
momento en que ejecutas una nota, tu mano tiene que estar preparándose para la
siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario